miércoles, 23 de febrero de 2011

¿QUÉ ES LO QUÉ NOSOTROS QUEREMOS DE DIOS?



“Hijo mío, no niegues su pan al pobre; no hagas esperar al que te mira con ojos suplicantes.  No apenes al que tiene hambre, ni hagas enojarse a un indigente.  No discutas con el desesperado, ni dejes que el necesitado suspire por tu limosna.  No eches al mendigo agobiado por su miseria, ni le des la espalda al pobre.  No des la espalda al que está necesitado, ni des a alguien un motivo para que te maldiga. Pues si alguien te maldice movido por su amargura, El que lo ha creado escuchará su súplica. Haz que la comunidad hable bien de ti, (...) Atiende al pobre, respóndele con serenidad, dile palabras amables. Libra al oprimido de manos del opresor, y no seas blando cuando hagas justicia. Sé cómo un padre para el huérfano y como un marido para su madre. Entonces serás como un Hijo del Altísimo, te amará más que tu propia madre”. (Eclo 4,1-10)


Ya muy pronto comenzamos otro tiempo de reflexión, de penitencia, de ayuno y de limosna, que es lo que nosotros los cristianos dentro de la institución católica llamamos tiempo de Cuaresma. Tradicionalmente hemos celebrado este tiempo con tres referentes que deber cumplir cabalmente y con acierto: “Ayuno, penitencia y limosna”. ¿Pero qué significan éstos para el mundo cristiano católico? En los dos años anteriores en este blog se ha explicado, pero muchas veces se nos olvida. ¿Cuántas cuaresma a lo largo de nuestra vida hemos celebrado? Y No sólo celebrado, ¿Cuántas cuaresmas hemos vivido? Si hacemos una reflexión al respecto, también nos podemos preguntar ¿el por qué no asumimos con lealtad y sinceridad nuestro propósito en este tiempo?

1.      Miércoles de Ceniza, más que un acto de penitencia y de cambio que es lo que simboliza la cruz  marcada con ceniza en la frente, se ha convertido en mero formalismo de un ritual que sencillamente es necesario cumplir, pero en realidad no cambiamos, seguimos en los mismos desordenes interiores, como diría San Agustín seguimos en el turismo exterior, pero no hacemos el turismo interior. Esto ha creado un mundo sin referente de cambio, simplemente nos quedamos con el formalismo. Si nosotros pudiéramos entender el sentido espiritual que tiene la ceniza, podríamos hacer el propósito de purificar nuestra vida, para acercarnos más a Dios y al otro y ser prójimo de nuestros hermanos necesitados. La purificación de corazón, de mente y de todo nuestro ser, es propuesto por la tradición bíblica (Ver Isaías, Ezequiel, Joel, Sofonías y todas las reflexiones del Nuevo Testamento) son bellísimas propuestas, pero a la vez cuestionadoras frente a nuestra forma de actuar y de pensar. El miércoles de Ceniza con el símbolo de la cruz en la frente con ceniza es para cambiar, pero este cambio debe darse ya.

2.      Viernes de Cuaresma, caminamos con la esperanza que nosotros los cristianos podamos comprender que nuestro compromiso no es atentar contra el otro, que es mi hermano, que es creatura de Dios “Imagen y Semejanza de Dios”, que por lo tanto, estos días son más para que reflexionemos sobre este compromiso que tenemos con los otros. El llamado es a vivir solidariamente, que el ayuno, la penitencia y la limosna están destinados al compartir con los más necesitados: “Hijo mío, no niegues su pan al pobre; no hagas esperar al que te mira con ojos suplicantes”, la penitencia es a arrepentirnos con el propósito de no volver a cometer ningún acto que atente contra los demás. Hoy existen muchas prácticas dentro de la Iglesia que en verdad deben revisarse, estás se han convertido en prácticas sin sentido en muchos casos y muchas veces se han convertido en ritualismo, por ejemplo comer pescado en estos días como acto de penitencia, ya que el sentido de la contrición de corazón que nos exige la tradición bíblica y el Magisterio no es cuestión de gastronomía, sino de corazón.

3.      Semana Santa, camino que todos los cristianos debemos recorrer hacia la pedagogía de la Cruz, esta es nuestra identidad como seguidores de Jesús el Cristo, el Hijo de Dios vivo, que aún hoy sigue mostrando el camino que nosotros queremos desconocer. Semana de reflexión que muchas veces, hemos convertido en peregrinaciones vacías, sentimos gran regocijo cuando se llenan los templos, sale mucha gente a procesión y hasta contamos cuantas personas comulgan por el número de hostias consagradas que se repartieron en las celebraciones. Hoy es necesario que nosotros comprendamos que nuestra misión  es hacia un camino de conversión, desde la pedagogía de la Cruz, recordemos que esta pedagogía no se queda en el camino y en el monte Gólgota, sino que continua en la Resurrección, la losa abierta abre las posibilidades de mirar y ser testigos de la Resurrección como encuentro y esperanza de cambio y de conversión.

4.       Misión continental, estamos llamados a vivir un nuevo horizonte frente a estos momentos cruciales de la Iglesia latinoamericana después de Aparecida, todos nosotros como Iglesia de Jesucristo a ser  Discípulos Misioneros testigos de Jesús Resucitado, que sale al encuentro de la humanidad como en el camino de Emaús y todos estos aspectos que hemos analizado anteriormente deben ser revisados para que esta misión tenga los frutos necesarios y de las posibilidades de desarrollar familias comprometidas con la fe: LA META, HA DE SER LA FORMACIÓN DE  COMUNIDADES-FAMILIAS, COMO NOS LO  PRESENTA EL EVANGELIO DE MARCOS EN  3, 31-35: FAMILIA QUE SE FORMAN DESDE LOS LAZOS DE FRATERNIDAD, QUE SE DAN POR LA ADHESIÓN A JESÚS, AL ESCUCHAR SU PALABRA Y HACER LA VOLUNTAD DE DIOS: ES  LA FAMILIA QUE: BUSCA A JESÚS (V.31). QUE MOTIVA LA BÚSQUEDA (V.32). QUE ESCUCHA LA PALABRA QUE CUESTIONA (V. 33). QUE CREA ESPECTATIVAS (V.34). QUE CREA NUEVAS RELACIONES (V.34).  ES LA FAMILIA QUE NACE DEL VÍNCULO DE LA PALABRA Y QUE HACE LA VOLUNTAD DE DIOS. (V. 35)”.

«Haz lo que debes hacer. Y hazlo bien. Esta es la única norma para alcanzar la perfección» (San Agustín, In Ps. 34, 2,16)