lunes, 22 de noviembre de 2010

PEDAGOGIA DE JESUS EN EL CAMINO DE EMAUS


Conocimiento y denuncia de la realidad

Lucas 24, 13-35

Jesús toma la iniciativa saliendo al encuentro de los discípulos en el camino, características de los evangelios sinópticos, las enseñanzas y el acompañamiento de  de Jesús se dan por lo general en el camino, el camino es propuesta de seguimiento y de encuentro, es un llamado de fe, Jesús camina al lado de la comunidad. La comunidad toma conciencia de la realidad, sus aspiraciones y sus frustraciones ya que su líder había muerto en el camino se nos manifiesta como estamos frente a la persona de Jesús. La comunidad que en él había puesto sus ilusiones, sus esperanzas ha perdido estas esperanzas y estas ilusiones, él no es lo que esperaban en sus intenciones, buscaban un líder político y no alguien que les enseñara el camino del Amor del Padre, esto no los llenó en sus aspiraciones. 
Así muchas veces nos sentimos nosotros, desterrados, alejados de nuestras aspiraciones, queremos que la realidad sea totalmente distinta que muchas veces se ajuste a nuestras exigencias, que Dios se amolde a nuestra forma de pensar y de actuar, queremos un Dios que justifique los principios que hemos inventado para poder vivir a nuestra manera. El recorrido del camino ya no es prioritario porque conduce a la derrota y al desconocimiento del que camina a nuestro lado porque no permitimos ver más allá de la frustración que ha producido la desesperanza y la desilusión de no ver cumplida las expectativas que nos motivaban a caminar, nuestra caminada no tiene sentido y es contraria a la vivencia que teníamos. 
La derrota es el paso más fácil que se asume, la lucha ya no tiene sentido, el cambio de vida queda solo en propuestas que se han perdido con la muerte del líder, para ellos la posibilidad del cambio no tiene sentido. El camino no es presencia de esperanza, ahora es camino de arrastre, todo ha sido en vano, porque el que sale al encuentro no conoce la realidad, es un desconocido que no ha sabido de los últimos acontecimientos, solo es otro más que ha huido para resignarse en el fracaso, en la derrota de una posibilidad que no tiene ninguna explicación. 
Nosotros muchas veces sentimos que todo a nuestro alrededor queda sin piso, que todo ha sido en vano, incluso sentimos que estamos abandonado por Dios, que todos nuestras esperanzas y nuestros sueños no  llenaron nuestros deseos, perdiendo de esta manera, toda esperanza, Jesús ya no significa nada en nuestra lucha por cambiar, por muchos intentos que hagamos por cambiar no lo conseguimos, las pedagogía del camino ya no tiene el mismo sentido porque no hay la posibilidad de recuperar la esperanza y las ilusiones. 
Jesús ha muerto y con su muerte también nosotros perdimos el rumbo, nuestra realidad se ha truncado porque en lo que teníamos la esperanza de cambio y que nos siguiera instruyendo por el camino ya no está, simplemente estamos fuera del camino, salimos para huir de la frustración y  del dolor. Salimos a buscar otro camino en el cual posamos experimentar ya no la sensación del cambio, sino la sensación del alejamiento y de la espera que venga otro a guiarnos:

“Aquel mismo día iban dos de ellos a un pueblo llamado Emaús, que distaba sesenta estadios de Jerusalén, y conversaban entre sí sobre todo lo que había pasado. Y sucedió que, mientras ellos conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y siguió con ellos; pero sus ojos estaban retenidos para que no le conocieran. Él les dijo: ¿qué discutían entre ustedes por el camino? Ellos se pararon con aire entristecido. Uno de ellos llamado Cleofás le respondió: ¿Eres tú el único residente en Jerusalén que no sabe las cosas que estos días han pasado en ella? Él les dijo: ¿Qué cosas? Ellos le dijeron: Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras delante de Dios y de todo el pueblo; cómo nuestros sumos sacerdotes y magistrados le condenaron a muerte y le crucificaron. Nosotros esperábamos que sería  Él el que iba a librar a Israel; pero, con todas estas cosas, llevamos ya tres días desde que esto pasó. El caso es que algunas mujeres de las nuestras nos han sobresaltado, porque fueron de madrugada al sepulcro, y, al no hallar su cuerpo, vinieron diciendo que hasta habían visto una aparición de ángeles, que decían que Él vivía. Fueron también algunos de los nuestros al sepulcro y lo hallaron tal como las mujeres habían dicho, pero a él no le vieron”. Lc. 24,13-24